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Durante nuestras investigaciones sobre los cambios energéticos en la política española y en otros países, encontramos un modelo energético de un colegio en Lilienthal, Alemania.

En el vestíbulo del colegio cuelga un panel digital mostrando la capacidad total de la energía que ha producido el edificio este año, con el título “Bürgersolarkraftwerk” – planta de energía solar ciudadana. En 2010 se construyó una superficie de 305 m² de placas fotovoltaicas en la cubierta. La electricidad que se genera se introduce en la red eléctrica del municipio. La financiación se realizó con los ciudadanos que participaron en la inversión para luego beneficiarse a través de la energía producida y vendida a la red municipal. La ley de la retribución de la electricidad generada de 2009 bonifica al productor con 0,31 € por cada kWh.

http://www.grueneslicht.info/projekt_l.html

En esta página los accionistas pueden consultar la energía generada al instante.

Aquí se encuentra una factura ejemplaría.

Me parecía un buen ejemplo de educación energética para los niños, teniendo en cuenta la agenda energética de Alemania, que tiene como objetivo quitar de la red en 10 años todas sus centrales nucleares. Lo que de momento ocurre es que esta bonificación de la electricidad ecológica  tiene que ser pagada por el usuario final a través de las primas que contiene la factura de electricidad. De momento la red eléctrica contiene un 22% de electricidad ecológica. Cuando se produce más energía solar o eólica se tiene que introducir en la red ya que no puede ser almacenada. Si el porcentaje sube, sube la factura, es el dilema del cambio energético que habrá que resolver.