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En la foto del nuevo despacho de Ona pueden apreciarse dos elementos bastante llamativos : el techo de la sala y la estanteria zigzagueante continua, que destacan por su colocación arbitraria y caprichosa. Pero la realidad es muy distinta y nos habla de lo importante que es observar el entorno, darse cuenta de las preexistencias y actuar asumiéndolas como parte integrante del proyecto. En muchas ocasiones proyectar se convierte en seguir las pautas que te dicta aquello que te rodea, en tomar decisiones que generalmente son repuestas a cuestiones que están latentes. Proyectar se convierte simplemente en responder a esas cuestiones. En el ejemplo del despacho, las unicas premisas eran que el techo estuviera lo mas alto posible y que las estanterias respetaran los pilares existentes. El resto lo dio el propio edificio.
miguel ortel
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Una de las tantas curiosidades de nuestra profesión, su enseñanza y sus publicaciones es seguir llamando a nuestros edificios proyectos, a pesar de estar los mismos finalizados, construidos y en funcionamiento. Esto evidencia no solo una especie de inconformismo permanente con nuestros resultados, sino que también puede exculpar sus posibles fallos.
Es cierto que un diseño* siempre es perfectible, pero cuando decidimos que su nivel de desarrollo es adecuado y responde a las exigencias del encargo debería abandonar su condición de proyecto para transformarse en un producto de diseño* arquitectónico.
Diseño se dice «design» en inglés, francés,alemán, holandés etc, incluso en italiano… sólo el español no ha adaptado este anglicismo asociado al proceso y producto de diseñar.
Designio implica la voluntad de hacer algo de alguna manera específica, es decir: diseñar.
*Diseño y designio comparten la misma raíz latina signa-signum (señal, marca o insignia) el prefijo “di”-“de” indica que posee o pertenece a algo.
Pablo Soto