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carmen ferrando
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Aprovechando la reciente conferencia sobre el concurso Elemental Chile, en la Universidad Politécnica de Valencia iniciamos una serie de reflexiones sobre el tema de la vivienda. Durante nuestra trayectoria hemos ganado concursos de vivienda pública para diferentes administraciones en Catalunya y España (administraciones locales, autonómicas y estatales) y, en el caso de Elemental Chile, un organismo internacional. Además hemos dado respuesta a diferentes clientes privados de los que no nos constan insatisfacciones en el desarrollo tipológico de sus promociones.
Al volver a explicar el concurso Elemental Chile me he encontrado con lo que creo que nos ha permitido dar esta respuesta satisfactoria tanto a la administración pública como la inversión privada. Nuestras propuestas siempre No podemos exigir a los futuros usuarios (la mayoría de las veces desconocidos) que definan su modo de vida de una manera concreta y tampoco podemos imponerlo nosotros aunque lo conozcamos. El cumplimiento de un programa tipológico no nos puede obligar a vivir “así” a partir de ese momento. Es cierto que los grados de libertad son pocos pero podemos encontrar desarrollos transversales que nos permitan flexibilizar el uso de la vivienda tanto en el espacio como en el tiempo. Casi me atrevería a eliminar el espacio de la ecuación y considerar el tiempo como parámetro con el que trabajar.
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Hemos conseguido un accesit en el concurso de vivienda social convocado por el ayuntamiento de ibiza y el colegio de arquitectos de las islas baleares. Este accesit nos da entrada directa a la bolsa de contratacion de futuras actuaciones de IMVISA.
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En el articulo anterior hablamos de arquitectura realista haciendo referencia a la construcción pura y dura. ¿Y los concursos realistas?
Hace unos días leía: «…si participar en un concurso antes era un intento de cambiar la realidad, presentarse ahora es intentar ingresar en una realidad ya delimitada».
Nos hemos presentado a más de 100 concursos y hemos ganado mas de 20, pero es cierto, en la mayoría de los casos ha sido más importante transmitir profesionalidad que proponer avances. Y si han existido han sido muy pequeños y casi siempre dentro de los límites preestablecidos por el cliente correspondiente.
«¿Con que vamos a ganar este concurso? Es la frase que siempre nos repetimos para encontrar, de una forma fría y calculadora, la idea que capte la atención del jurado.
No podemos evitar seguir por este camino pero sí podemos añadir una bifurcación. Como si se tratara de un deseo de navidad hemos organizado dentro de las estructuras del despacho un «departamento de sueños».
No esperamos ganar tantos concursos «sin límites» como los que hemos ganado «dentro de los límites». No nos tiene que importar.
Si los concursos son la gimnasia del despacho, ya es hora de que los clientes-jurados hagan un poco de ejercicio. Eso sí nos importa.
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pedro ondoño
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Se ha publicado un libro sobre la estrecha relación que existe en Cataluña entre arquitectos e industriales. En él se muestran una serie de obras que reflejan lo ejemplar que resulta esta colaboración para descubrir nuevas soluciones constructivas y mejorar, en definitiva, la calidad de la arquitectura.
El problema es que se vende una imagen que no es cierta, ya que las propuestas presentadas responden más a hechos puntuales que a la realidad de la arquitectura en Cataluña: que por regla general se tienen muy pocas opciones constructivas al alcance de la mano para poder elegir. La realidad es que la construcción sigue estando completamente mercantilizada, y salvo esos casos excepcionales que tan bien se reflejan en el libro, lo más importante es lo rápido que se construya y se puedan vender los pisos, oficinas o lo que sea. No suele haber espacio para propuestas diferentes o investigaciones que retrasen las obras.
En la arquitectura pública se puede tener una imagen real del nivel que existe, y es en esos casos donde se refleja de manera más dramática la situación, ya que hay bastantes proyectos de calidad , pero con soluciones constructivas constantemente repetidas debido seguramente a lo ajustado de los presupuestos con los que se tiene que trabajar. No hace ni dos años se publicó un libro que presentaba un edificio público resuelto con elementos de hormigón prefabricado para la estructura y los cerramientos como ejemplo de industrialización. Estamos en el siglo 21 y ésa es nuestra referencia.
Los avances tecnológicos en arquitectura seguirán siendo brillantes hechos aislados mientras el mercado no permita avanzar a la industria hacia una realidad que no esta tan lejana, pero que exige que todos arriesguemos un poco.
a n d r e a b o r r a e z
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Grado de Bachiller Versión Internacional Colegio Anglo Colombiano. Bogotá. Colombia.
Primer ciclo de Arquitectura – Pontificia. Universidad Javeriana. Bogotá. Colombia.
Arquitecto por la Universidad del Desarrollo. Santiago. Chile.
Diplomada en Arquitectura Digital – Pontificia. Universidad Católica de Chile.
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