Hace exactamente 20 años que utilicé por primera vez un ordenador para dibujar un proyecto. 20 años son muchos cuando se habla de informática.
Pero la realidad es que pasado tanto tiempo buena parte de los arquitectos siguen utilizando los mismos programas y de la misma forma: como una simple traslación tecnológica del primitivo dibujo a mano. Resulta bastante increíble que hasta este momento no hayamos sido capaces de ver el potencial que la tecnología puede tener para nuestro trabajo. Que no se haya sido capaz de ver cuánto podemos mejorar nuestra capacidad es otra muestra indiscutible de la falta de reflejos que hemos tenido para saber adaptarnos a los tiempos, sobre todo cuando nos referimos a cosas que tanto nos pueden aportar con una inversión proporcionalmente tan reducida.
Las herramientas que utilizamos nos definen.
En el caso de los arquitectos hacer ese ejercicio asusta bastante porque es una nueva muestra de cual es nuestra posición real en la sociedad actual.