Revisamos las viejas maneras de rehabilitar para incorporar soluciones de ahorro en los consumos y de autoproducción de energía. Entender la rehabilitación de una nueva forma nos debe ofrecer una serie de ventajas. La “industrialización de la construccion”, el control de procesos, la construcción por capas, nos ha de permitir un salto de calidad y una mejor adecuación a la normativa, por el control de las condiciones térmicas, acústicas y de protección frente a los agentes externos de cada capa.
Se publicó un artículo sobre la rehabilitación de un edificio en la revista Habitat Futura Nº39
El edificio que nos ocupa se halla en el barrio del Raval (casco antiguo) en la ciudad de Barcelona, en la calle Nou de la Rambla.
La primera decisión para rehabilitar la zona fue por parte de Foment de Ciutat Vella del Ayuntamiento de Barcelona. Mediante convenios urbanísticos firmados propietario a propietario, realizó el cambio de calificación de una zona verde inviable económicamente, a calificación de urbano, casco antiguo, siempre que los propietarios se hicieran cargo de la nrehabilitación de sus edificios, que estaban en un estado lamentable precisamente por su calificación de zona verde.
Por ello, nunca se habían rehabilitado. Además la mayoría de edificios eran de propiedad vertical y destinados a alquiler, con rentas muy bajas y graves problemas sociales, enclavado en uno de los distritos más conflictivos de la ciudad.nEn este caso, la familia propietaria del inmueble decidió emprender una rehabilitación integral y destinar el inmueble al mercado de alquiler. n
Nos encontramos con un edificio muy degradado, con una estructura de paredes de ladrillo cerámico de 15cms y techos de viguetas de madera y entrevigado cerámico. No había prácticamente nada a conservar.
En cuanto a las fachadas, existía una fachada “noble” a la calle Nou de la Rambla, una fachada trasera a la calle de les Tapies y al parque de Sant Pau del Camp con balcones y galerías totalmente inhabitables y una medianera que había surgido del derribo del edificio colindante, que el Ayuntamiento aprovechó para convertir en pasaje.
El criterio de la construcción de la obra nueva que estábamos experimentando, por capas, de fácil montaje, desmontaje y reciclado, nos dió la pauta para afrontar una rehabilitación donde el edificio estaba tan deteriorado, externa e internamente, que la única capa que podíamos conservar era la estructural.
A excepción de la fachada noble, de Nou de la Rambla, donde realizamos un sistema de rehabilitación “tradicional”, el sistema de rehabilitación “por capas” nos sirvió para la fachada lateral (orientación noreste), en la que se dignificó la medianera existente y se abrieron ventanas, y para la fachada posterior (orientación oeste), donde la configuración de fachada original se reinterpretó como las galerías interiores de los edificios del ensanche, con grandes cristaleras que se abrían a las vistas sobre Sant Pau del Camp.
En la fachada noreste el sistema permitió la realización de una envolvente térmica continua, que garantizaba el ahorro energético del edificio. Y con una capa de acabado con placas de hormigón polímero con textura pétrea formando una fachada ventilada, tecnológica y a la vez noble, a pesar de tratarse de una medianera.n
La fachada oeste, con una exposición elevada al sol de tarde en verano requería que estas capas permitieran la regulación, más que el aislamiento. Por ello a la nueva galería se añadió la capa de regulación de asoleo consistente en persianas de madera, que tienen el tratamiento de acabado de fachada cuando están todas cerradas o desaparecen cuando no son necesarias.
Instalaciones