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Me fui de casa de mis padres con 20 años para estudiar fuera. Viví en un piso compartido bastante céntrico en la ciudad de Braunschweig. Hicimos un contrato de alquiler con el propietario de la casa.
El piso estaba vacío y tuvimos que comprar los muebles nosotros mismos, pero si necesitábamos remodelar algo del piso, como por ejemplo, poner un nuevo pavimento en el pasillo o una nueva moqueta en la habitación el dueño pagaba estos gastos. Así pudimos montar nuestro piso como quisimos, el propietario asumió algunas de las facturas que, entendía mejoraban la calidad del piso. Si hubiésemos pintado la pared en colores “hippies” no nos lo hubiera pagado.
Nuestra relación personal con el dueño fue buena. Asumió todas las obras de la casa, así como las de los espacios comunitarios que fueron necesarias, realizándolas en más o menos tiempo. No pudimos elegir ningún color pero era gratis, solo se nos pedía hacer un buen uso y tener cuidado y limpio estos espacios. Este intercambio en Alemania es positivo y muchos de mis amigos optan por seguir de alquiler.
Mi experiencia en España es distinta. Para hacer obras consideradas imprescindibles como cambiar los tubos del gas de todo el edificio o instalar un nuevo ascensor, todos los vecinos tienen que estar de acuerdo y pagar una cantidad. Por ejemplo hace bastantes meses el falso techo de la portería se cayó y aún no esta arreglado. Hay que ponerse de acuerdo todos los vecinos en la financiación siendo muy difícil conseguir una reunión de toda la comunidad, propietarios e inquilinos. Estamos sin techo desde el mes de noviembre, ¿tendremos que pagar nosotros la totalidad de las obras para conseguir la reparación?. No es extraño que se alquile poco en España ya que no hay muchas posibilidades de mejorar las viviendas y hay pocos derechos para él que la alquila. ¿Es mejor comprar? No creo, será mejor cambiar las normas que regulan la relación entre alquilador y alquilado.
Boris Pütter
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